Un mundo de ensueño En Peratallada, un pueblo medieval en el corazón del Empordà donde el único sonido proviene de los pájaros y el viento arrastrando las hojas caídas, rodeado de campos de cultivo y naturaleza, cubierto por el perfume del Mediterráneo, el Hotel Restaurante Papibou está ubicado en un céntrico edificio del siglo XII, el patio del cual fue la plaza de los plebeyos en tiempos señoriales. Nuestro pequeño Universo Totalmente renovado con una decoración única, habitaciones modernas y personalizadas, y todas las comodidades que deseas. Disfruta de una copa en el bar o en el patio superior, o deléitate con las exposiciones mensuales que pueblan muchas de nuestras salas Una experiencia que no olvidarás El restaurante completa este pequeño universo de atmósfera única. Una cocina original en su estilo, "tastets", platos reducidos en tamaño y precio para que puedas saborear una gran cantidad de sabores locales y foráneos, y la mejor carta de vinos para los paladares más refinados. RESTAURANTE: Nuestro restaurante es muy conocido por su original estilo. "Tastets", platos reducidos en tamaño y precio que invitan a la degustación.Siéntate en el patio interior, en algunas de las salas de la antigua cocina o, si hace buen día, en las mismas calles de Peratallada. Nuestros chefs, un cubano y una catalana, te ofrecen una interesante y ámplia oferta gastronómica. Desde los platos más locales como la "Escudella" o la "botifarra amb seques", hasta platos tropicales como las "gambas rebozadas a la miel" o el "mojito de cerdo", sin olvidar la fusión, en forma de "magret de pato con piña y papaya" o de "filete de salmón con crema de coco" entre muchos otros. Aprovecha nuestra extensa carta de vinos, revisada y mejorada con el paso de los años, o déjate aconsejar por nuestros expertos. EL HOTEL Olvídate de todo menos de tí mism@ Sube a la habitación, desde donde podrás contemplar el mismo corazón del Empordà, disfruta de la televisión de 32 pulgadas, revisa tu correo o, por el contrario, sal a tomar una copa al patio, relájate en la sala de lectura, baja al bar a compartir experiencias con el resto de huéspedes o date un paseo por antiguas calles adoquinadas antes de cenar. Quizá quieras desayunar embutidos ibéricos, un surtido de quesos locales o bollería acabada de hornear en la antigua plaza de los plebeyos, o cenar "tastets" sobre el pozo de la antigua cocina. Todas las posibilidades tienen su espacio.